La pobreza puede analizarse desde varios enfoques, algunos de los cuales pertenecen al campo de la moral, como la degeneración de la familia o la adicción a las drogas; otros, como los prerrequisitos para la madurez legal y la tranquilidad doméstica, pertenecen al campo de la política; y otros son del dominio de la ciencia económica. En este ensayo nos limitamos a las causas económicas, aunque simpatizamos con los moralistas, sociólogos y científicos políticos, quienes se ocupan de otros aspectos vitales del problema de la pobreza.
PAISES POBRES DEL MUNDOESTRUCTURAS ECONOMICAS QUE IMPIDEN EL PROGRESO
La pobreza es el resultado de una estructura económica deficiente. Las diferentes estructuras económicas que frenan el progreso pueden listarse como premodernistas, mercantilista, intervencionista, y de orientación hacia adentro. Excluimos los modelos socialistas y comunistas de esta discusión, aunque el modelo intervencionista usualmente contiene muchas de sus características retardantes. Es preciso notar que todas las estructuras modernas son mezclas de diversos tipos; ningún modelo es exclusivo a un país.
Estructura pre-modernista
La estructura pre-modernista o semi-feudal data de la Edad Media, cuando la vida se percibía como una lucha repetitiva y continua, y escasamente se tenía una noción del progreso. Es característica de la producción agrícola que depende intensamente de la mano de obra, con poca división de trabajo. Puede consistir en parcelas pequeñas, en las cuales familias individuales producen cosechas tradicionales para consumo propio o venta en mercados locales, sin tecnología ni herramientas modernas, y frecuentemente con la obligación de pagar algún tipo de diezmo o feudo al terrateniente, O puede consistir, como ocurrió en la época colonial, de extensas plantaciones agrarias que producen cosechas para mercados internacionales bajo condiciones que traen a la memoria el trabajo esclavizado. En cualquier caso, los trabajadores. están virtualmente casados con la tierra local, aislados de la industria moderna y las amenidades disponibles en los mercados mundiales. La de ellos es una existencia monótona que provee poco incentivo para el mejoramiento personal y promueve la continua emigración de siervos analfabetas de las comunidades rurales a la. ciudad capital y al mundo externo. Una muy alta tasa de reproducción generalmente acentúa estos efectos.
La estructura mercantilista
El mercantilismo de antaño, de los siglos XVII, XVIII, se caracterizó por la práctica de parte de los nuevos estados centralizados, particularmente Inglaterra, España. Francia y los Países Bajos, de controlar su industria y comercio internacional. Lo hicieron concediendo privilegios únicos a compañías individuales para producir y distribuir productos específicos, e intentaron proteger a estas compañías por medio de todo tipo de exclusión, tarifas y subsidios.
Muchas prácticas mercantilistas continúan dominando la estructura industrial y comercial de muchos países subdesarrollados. El exclusivismo y los privilegios limitan la entrada a muchos mercados, impidiendo así el crecimiento de una competencia reductora de costos. La ley alberga a estos monopolios artificiales de la intromisión por otros. El resultado son mercados que ofertan un número limitado de productos a altos precios, a una clientela reducida, favoreciendo así únicamente a los sectores más ricos y vedando a las masas una participación de los beneficios (en calidad y precio) del comercio mundial. En el mercado doméstico, los empresarios nacionales pueden subir los precios de sus productos protegidos por aranceles y tarifas y así vender bienes substitutos inferiores a un precio por encima del precio mundial; pero estos mismos precios altos impiden su participación en el comercio mundial.Estructura intervencionista
El alza en la intervención gubernamental en el mercado es una de las grandes causas de la pobreza. La intervención es responsable por establecer dentro del gobierno muchas estructuras que crean pobreza, en la forma de ministerios y departamentos con una agenda aparentemente ilimitada. Estas agencias son dirigidas por burócratas ineficientes, aunque bien intencionados, responsables por imponer una colección infinita de complicados programas, regulaciones, requisitos de elegibilidad, prohibiciones, reglas para reportes, cargas contables, y decisiones arbitrarias, las cuales a veces se duplican unas con otras o se contradicen. Estas son impuestas a los ciudadanos y a las empresas productivas de una nación. Los costos administrativos de esta carga reguladora contribuyen enormemente al déficit incontrolable del país y generan, en la mayoría de los casos, beneficios dudosos para el público maniatado, el cual es obligado, so pena de multa o encarcelamiento, ya sea a obedecer o a hacer pagos ilegales cuando los extorsionan servidores públicos inescrupulosos. El mercado subterráneo o informal, que carece de aprobación y de protección legal, surge porque la mayoría de los pequeños productores no pueden cumplir con la multiplicidad de requisitos y pagos que la ley les impone.
La convicción de que el gobierno debe tener obligaciones ilimitadas hacia los ciudadanos, y por ende ser directamente responsable por su salud, educación, vivienda, vejez, e incluso recreación, ha contribuido en gran medida a este problema del intervencionismo. Muy pocos servicios se escapan de este tutelaje directo. La burocracia estatal aumenta significativamente la ineficiencia y el costo alto de los servicios más esenciales y es responsable porque éstos sean inasequibles. En última instancia, la población nunca puede superar la pobreza del pasado y la desmoralización que crea este sistema, a pesar de una asignación inmensa para los gastos sociales.
Otra convicción que crea un insoportable freno sobre la productividad de una nación es aquella que dice que el gobierno tiene una responsabilidad reguladora inmediata sobre la actividad privada de negocios y de banca. La noción de que el gobierno tiene la función de intervenir en beneficio del consumidor, trabajador, e inversionista, que debe regular detalladamente los precios, salarios y tasas de interés, que debe ser el policía de primera línea de toda actividad de mercado, ha creado un paternalista e ineficiente super-control que tiende a encadenar la iniciativa y eficiencia empresarial, y a restringir las consecuentes ganancias que estimulan el crecimiento económico. Empobrece mucho más de lo que protege. Crea inseguridad en lugar de prosperidad. Frena en lugar de estimular.
Adicionalmente, los países mercantilistas suelen intervenir para estatizar (o nacionalizar) las industrias más esenciales al crecimiento, como las comunicaciones, a energía, y el transporte. La mayoría de estos países tiene únicamente una aerolínea nacionalizada, una compañía de teléfonos, y una compañía eléctrica, entre otros. El saldo es aún más ineficiencia burocrática, desperdicio, enriquecimiento de servidores públicos, y los consecuentes déficits y deudas. Por ejemplo, Centro América necesita urgentemente de millones de líneas telefónicas más, las cuales no pueden proveer ni manejar las compañías estatales.
Estructura de orientación hacia adentro:
El comercio internacional o interregional es uno de los principales vehículos para el progreso. Los bienes sujetos de este intercambio son aquellos que el país o la región exportadora produce en abundancia y a un bajo costo, y los cuales el país importador no produce o produce en cantidades insuficientes y a un costo alto. Los países que participan en el intercambio se vuelven más ricos a medida que aumentan los niveles de comercio internacional.
Aquellos países tercermundistas que dedican sus esfuerzos principalmente, a veces exclusivamente, a producir para el mercado local, e impiden el comercio con otras regiones, frenan su propio progreso. Tienden a producir poco a un alto costo y a una baja calidad. Esto se agrava cuando introducen medidas intervencionistas para proteger la producción local ineficiente por medio de aranceles, subsidios y cuotas. El progreso que se obtiene a través de mercados internacionales es mayor que el de mercados locales expandidos.
LOS SÍNTOMAS DEL ESTANCAMIENTO
El estancamiento, que resulta de las estructuras y actitudes descritas anteriormente, se ve reflejado en dos fenómenos que causan y perpetúan la pobreza: el desempleo y la escasez de capital.
El desempleo:
El desempleo o subempleo, es decir, el uso incompleto o ineficiente de los recursos humanos, es un importante saldo de las actitudes y estructuras que hemos descrito.
El desempleo es causado principalmente por salarios altos y no bajos, surge cuando los salarios no son gobernados por la productividad, sino por las presiones de sindicatos o por decisión gubernamental. Casi nadie reconoce el hecho de que, cuando la productividad de los trabajadores es insuficiente como para proveer un «salario vivible» o un «salario familiar», esa compañía o industria particular genera pérdidas y va camino a la bancarrota. Por ello, todo remedio posible debe aplicársele para transformarla en generadora de utilidades.
Los sindicatos crean desempleo cuando obligan a que suban los salarios en forma antieconómica, o cuando demandan beneficios laborales de alto costo. A fin de cuentas, estas medidas promueven la reducción de la fuerza laboral en relación a su disponibilidad bajo otras condiciones, la mecanización prematura de industrias —para ahorrar en relación a altos costos laborales—, y precios más altos para los bienes enviados al mercado. También contribuyen a crear estos efectos negativos las prácticas que aminoran el ritmo de trabajo o lo paran del todo.
Los gobiernos generan desempleo cuando imponen más regulaciones laborales o normas de empleo de las que puede absorber la economía. La legislación de un salario mínimo es una de las principales causas del desempleo, junto con altos salarios impuestos por los sindicatos. Las tarifas proteccionistas obstaculizan el eficiente control de costos y aportan precios más altos para el público en general; esto significa que se produce y vende menos; y consecuentemente, hay menos empleo.
Cuando los salarios son lo suficientemente bajos, de tal forma que todos pueden encontrar trabajo, no hay desempleo. Surge entonces una mayor abundancia de productos en los mercados domésticos e internacionales, y los precios se mantienen bajos, así que todos pueden adquirir los bienes producidos. Son los salarios bajos los que conducen a condiciones de vida más humanas, que benefician a las familias menos afortunadas y les permite mejorar su suerte.
Son los salarios bajos los que permiten al Tercer Mundo hacer productiva su casi infinita oferta de recurso humano, para compensar por su falta de capital, para llenar al Primer Mundo con sus productos y así crear abundancia para sus ciudadanos.
Escasez de capital:
El segundo resultado del problema estructural y de actitudes es la escasez de capital en el Tercer Mundo.
El capital es escaso porque se desperdicia, o porque se restringe su creación o importación.
El capital es esencial para hacer más productiva a la fuerza laboral, y para financiar y suministrar muchos proyectos generadores de riqueza.
Tanto la iniciativa privada como el gobierno desperdicia el capital:
1. Al asignar recursos a unos no productivos. Por ejemplo, se dedica un porcentaje significativo del ingreso nacional a programas públicos de salud, que en la mayoría de los casos son incapaces de proveer los servicios que motivaron su creación. Los gobiernos masivos gastan cantidades enormes de capital que de otra forma estaría disponible para usos productivos.
2. Al atrapar capital en proyectos que no satisfacen las necesidades básicas de la población: Ejemplos de estos son:
a. La inversión en obligaciones de los gobiernos o bancos centrales (bonos o pagares), que sólo sirve para cubrir déficits pasados y no para crear nuevos bienes y servicios. Pareciera que el canal principal de inversión en muchos países es la deuda pública, en lugar de proyectos creadores de riquezas.
b. La nacionalización de industrias, que generalmente se caracteriza por un alto costo burocrático, servicio deficiente, y pérdida de capital.
c. La construcción excesiva de centros comerciales exclusivos, edificios de oficinas superfluos, y viviendas elegantes. en lugar de la inversión en productos de exportación que generan ingresos.
d. La inversión privada en productos que incitan a las personas al consumismo exagerado, en lugar de la inversión en productos que satisfacen sus más grandes y urgentes necesidades: vivienda popular, centros de salud, educación.
e. Algunas regulaciones y prohibiciones ambientales que resultan en altos costos y ningún beneficio demostrado o tangible.
3. Al expropiar, por la fuerza, empresas agrícolas rentables y luego redistribuir la tierra, lo cual ha destruido al sector agrícola de muchos países.
La importación o creación de capital es obstaculizada no sólo por la incertidumbre política y económica, sino también por medio de determinadas políticas empresariales y gubernamentales, tales como:
1. Prohibiciones, privilegios exclusivos, y la regulación excesiva, que defienden a los monopolios existentes y evitan la emergencia de nuevos proyectos competitivos, aún cuando existan promotores aventureros en el país o en el extranjero, lisos y deseosos de crearlos.
2. Una alta carga tributaria marginal, sobre el ingreso y las exportaciones, lo cual arrasa con el capital de inversión probable y lo desperdicia en dudosas alternativas.
3. Limitaciones discriminatorias sobre la inversión extranjera.
4. Préstamos y donaciones de fuentes internacionales, que frecuentemente substituyen a la autogestión, responsabilidad e iniciativa de los ciudadanos.
El capital nunca debería ser escaso, ya que cuando no es restringido fluye naturalmente hacia aquellas áreas y proyectos más necesitados. Es debido a las políticas anteriores que lo más avanzado en tecnología, productos y procesos no fluye hacia el Tercer Mundo, sino que permanece en el ya opulento Primer Mundo. Así, nuestros recursos humanos hambrientos de capital siguen siendo poco productivos y pobres.
CONCLUSIÓN
El Tercer Mundo nunca tendrá la oportunidad de progresar y participar de la habilidad para crear riqueza, de la cual goza el Primer mundo, si:
1. Continúa atribuyendo la pobreza a causas falsas y escoge ignorar a las dos causas fundamentales del retraso económico
2. Perpetúa y protege a las estructuras fracasadas del pre-modernismo. mercantilismo e intervencionismo, y no las substituye con un sistema de libre mercado competitivo, caracterizado por la producción masiva de bajo costo y la sana participación en mercados internacionales, con aquel sistema que permite que las personas libres, no doblegadas por controles opresivos, creen a través de su trabajo ese milagro económico que tanto añoramos.
3. Rechaza las actitudes clásicas del trabajo arduo, el ahorro, la cooperación, y la iniciativa propia, y en su lugar hace responsables por el progreso al gobierno, a los sindicatos y a organismos internacionales y sus dádivas.
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